lunes, 21 de febrero de 2011

Clarulina + Manuel Ferrero

Adelina y Arrebato

Adelina se pasaba horas enteras mirando el cactus. Cada púa era un recuerdo. Amaba aquella planta porque le recordaba su vida. Con muy poco se puede existir y dar frutos rojos. Hablaba con ella por señas, la saludaba al amanecer, compartía el mismo aire. Escondía la mano derecha dentro de la manga larga del jersey de Lana. En su mano cerrada, guardaba Adelina un anillo de oro de una boda que no llego a celebrarse. La apretaba tan fuerte que le entraba un quejido en el corazón.

¿Podrían casarse una mujer y un cactus? Tal vez si ella permaneciera quieta podría echar raíces, volverse verde, echar espinas y crecer hasta entrelazarse. Ella amaba aquella inmovilidad plácida, el sol, la lluvia y la brisa helada.

El cactus tuvo un pensamiento, que viene a ser, un endurecer de agujas. Quería abrazarla, caminar, tomarla de la mano, quitarse las espinas y flotar sobre su piel suave. Creyó que si se dejaba mover por el viento y hacía menos fuerza en la raíz, le saldrían piernas y manos.

Se miraron durante semanas. Ella impasiblemente sonriente y él cada vez más agitado por los elementos, menos arraigado. En un golpe de vendaval, Arrebato, el cactus, se dejó caer sobre los labios de la chica. Las espinas hicieron sangre en las comisuras de Adelina. Arrojó por reflejo a su compañero vegetal al suelo y se puso a llorarlo histérica. No se atrevía a tocarlo, ahora que había probado su dolor ¿Qué se podía esperar del amor de un cáctus? Pero echaba de menos su armonía y su porte esbelto.

Arrebato, ácido y caído, aflojaba sus espinas. Nunca esperó que un beso hiciera tanto daño. No tenía piernas, ni brazos. Aceptó con resignación su muerte. Adelina, al verlo tieso lo regó con lágrimas. Acercaba las manos para tocarlo pero no se atrevía. Cansada arrojó el anillo escondido a la Aurora hermosa del atardecer. Adelina prometía no volver a amar en la vida. Sus corazones se habían secado.

De pronto las nubes rojas se agitaron y empezó a llover con rabia. El agua que caía bañó a los dos enamorados. De los rizomas muertos de Arrebato nacieron piernas, cuerpo, cuernos y pelo suave. Un hermoso corzo donde antes hubo planta. Ella se fue encorvando, llenándose de piel peluda, alargando la boca en morro y pintando sus ojos de negro tierno. Se convirtió en una corza libre. Los dos se olieron, se acariciaron, saltaron bajo los rayos y los truenos. Recorrieron enamorados el bosque y la tormenta.

El sol salió. Llevaba alrededor de sus rayos un anillo de boda. Adelina y Arrebato vivieron felices para siempre. Por fin al mismo nivel, cosa necesaria para amarse. Los ruiseñores cantaban.

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Obra de Manuel Ferrero cuyo web podeis visitar en la dirección:

www.manutecuenta.com

11 comentarios:

  1. Manu es un gran cuenta cuentos y un gran escribe cuentos, como puede verse en este fantástico relato. Precioso Manu.

    Un abrazo.

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  2. Gracias Ángeles. Es un gusto colaborar con Clara. Me alegra que os haya gustado.

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  3. Precioso...No sé cómo se las arregla el amor para triunfar...casi siempre :) felicidades Manuel es un hermoso cuento para una bella ilustración.

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  4. Muy bonito... Como dice Ángeles, buen cuentista para una linda ilustración.

    Besos a ambos

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  5. ¡Cuánta belleza! Me ha encantado la calidez de la narración y la dulzura de la historia. Y como siempre, la fantástica ilustración de Clara.
    Un saludo a ambos.

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  6. Ah... cómo me hubiera gustado que me tocara esa ilustración... adoro los cactus... tengo una enorme colección, los cuido y ellos me regalan sus flores...
    Hermosa ilustración....!!
    Hermosa historia de amor... cómo duelen algunos besos...!!!
    Me encantó...! ojalá todas las historias de amor tuvieran un feliz como ese... :)

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  7. Reina. Me place que te gustase. Es un símbolo de los amores imposibles que a veces se alcanzan. Abrazos de buenas noches.

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  8. Me uno a esta larga lista de felicitaciones... una historia "increiblemente" buena, felicidades por esa gran imaginación. La ilustración preciosa para una bella historia.

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  9. Me gusta, me gusta. Muy bueno, Manuel
    Te felicito.
    Tiene todos los elementos que tiene que tener un cuento.
    La ilustración es preciosa.
    Un fuerte abrazo.

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  10. Rosi (Lucía) Gracias por tu comentario y tu lectura. Me alegra que te guste y sí, la ilustración es muy bonita.
    Tor, así me suena más divino, gracias de nuevo. Abrazotes para ti. Estoy deseando empiece el concurso del microrrelatista.

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