sábado, 17 de septiembre de 2011

Clarulina + Nieve Negra , Paloma Hidalgo y Elisa de Armas

Una lágrima en mi almohada, para ese alma desconocida.

Estoy tumbada bajo la dorada luz del Sol, cálida como un abrazo. De fondo escucho el susurro de las olas, un suave lenguaje de historias infinitas.Sol y agua. Luz y movimiento. Pura energía que me atrapa como un velo invisible a mis ojos y que, sin yo saberlo, te trae a mi, de nuevo.

Pensé una vez que no perdía nada, porque nada había. ¡ Cuán opaco puede ser el pensamiento a veces! Contuve en mi vientre una presencia inesperada cuyo significado oculté y que, tras su pérdida, quise borrar de mi con todo el empeño que me ofrecía el miedo a lo desconocido. Sin embargo, las preguntas me invadían y no pude dejar de creer que aquello no significara nada, o casi nada, que no hubiera surgido de ningún sitio y que después no hubiera vuelto a ninguna parte. ¿Cómo no ibas a significar nada? ¿Cómo no habías surgido de ningún sitio? Y ahora, ¿Donde te has ido?, ¿Porqué me abandonaste, nos abandonaste?

Ahora, bañada por el Sol y atrapada en el idioma de la solas, te siento en mí, conmigo, formando parte de esa majestuosa red energética que conforma la fuerza de la Naturaleza. Ya no hay sitio para tantas y tantas preguntas. Me has enseñado que, tanto a un lado como al otro del Velo de la Vida, somos nosotros mismos quienes sembramos todo lo que nos ocurre y todo los que construye. Siempre formaras parte de mi, alojada en mi alma.

Nieve Negra

Tú, de día y de noche

Tu respiración acompasada hinchaba tu pecho, generoso, mientras tu boca entreabierta permanecía oculta por el sombrero verde; aparecías ante mí voluptuosa, carnal en tu violácea piel bajo la sombrilla que compramos juntos cuando por tu boca aún se paseaban te quieros. Las piernas al sol, sobre la toalla del hotel que robaste en nuestra luna de miel. La arena dorada daba cobijo a la pala y el cubo del hijo que nunca quisiste tener, y al cesto malva del que no te separabas desde que los rayos solares anunciaban la llegada del estío.

Y yo, minúsculo cangrejo, anonadado ante cuerpo te contemplaba como a una diosa. Entonces desperté, empapado en el sudor del sueño del verano en que me abandonaste, bajo el grueso edredón que desde que te fuiste comparte mi cama y mi soledad, mis miedos y mis tristezas y que aunque no me lo diga, te echa de menos tanto como yo.

Paloma Hidalgo

http://unlibroesunjardndebolsillo.blogspot.com


Solanum Melongena


El día que llegamos, la abuela la miró de arriba abajo. No se te pudo ocurrir más que a ti, le dijo moviendo la cabeza, con la de adelantos que hay hoy día. Mamá no contestó, se fue a su habitación y se puso a deshacer la maleta deprisa. Yo creo que la abuela se arrepintió, porque al poco vino con un sombrero de paja verde, le acarició la cara y se lo puso con cuidado. Por lo menos, que no te salga el paño, gruñó, que tú siempre has tenido un cutis muy fino.

Como la abuela se ocupa de todo, mamá y yo bajamos todos los días a la playa. Ella se duerme debajo de la sombrilla y yo juego con el cubo y la pala, sin alejarme mucho. Mamá parece una berenjena mustia, con el sombrero verde y el único vestido que le cabe, el ancho y morado. Sólo se pone contenta cuando se lo saca por la cabeza y la tripa gorda asoma por encima de la braguita del bikini. ¡Vámonos al agua, sirena!, me grita, y jugamos a que es una ballena blanca que me persigue saltando entre las olas. Después, nos secamos en la orilla, miramos cómo le resbalan las gotas por la panza y estamos muy atentas por si le salen unos bultos. Ella dice que son patadas que le da mi hermano. No sé si no va a resultar un poco bruto.

Cuando nos preparamos para volver a casa de la abuela, mamá es otra vez berenjena. Yo le recuerdo que se ponga el sombrero, no vaya a ser que, además del vestido que le esconde la barriga, venga el paño ese a taparle la cara.


Elisa de Armas

6 comentarios:

  1. Que curioso....
    Un cuerpo bajo el sol cubierto por una sombrilla en un día caluroso de verano y las dos autoras hablan de abandono....?
    Que curioso....!!!

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  2. Ambos muy poéticos y nostálgicos. Me gustaron.

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  3. Abandonos diferentes. Aunque me da la sensación de que el que describe Nieve negra es más doloroso. Muy adecuadas las dos historias a la ilustración.
    Me gusta ese aspecto de sello que le da el corte del borde. Queda bonito con la tonalidad predominante de la arena.

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  4. Paloma, aunque hemos coincidido en varios sitios (el foro Brevedades, el Vendaval de micros), no conocía tu blog. Hoy hemos coincidido relatando esta hermosa ilustración (yo he llegado tarde) y compartiendo podio en el concurso MiNatura. Debe ser el destino.

    Es un placer enredar mi historia con las vuestras, Clara, Nieve Negra y Paloma.

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  5. Elisa, un placer coincidir de nuevo. Como tú dices, el destino debe andar haciendo de las suyas. Si tienes blog, déjame la dirección porque he sido incapaz de encontrarlo.

    Nieve Negra, me ha gustado tu relato y compartir este espacio contigo.

    Cyberghost, gracias por comentar. Debe ser el otoño el que tiñe de nostalgia los relatos.

    Montse, a mí también me gusta ese aspecto de sello, parece destinarla a lleegar muy lejos.

    Abrazos surtidos

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  6. Paloma, la dirección del blog está justo debajo de mi nombre, al final del relato :-).

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